Descripción
Las banderas tibetanas de oración son un antiguo símbolo auspicioso, cuyos orígenes se remontan a la religión Bön: el sistema de creencias espirituales nativo de la región del Tíbet y Nepal, antes de la llegada del Budismo.
El Bön era una corriente religiosa chamánico – animista, por lo que los banderines de colores se empleaban como símbolo de los elementos naturales:
- cielo – espacio (azul);
- agua (blanco);
- fuego (rojo);
- aire – viento (verde);
- tierra (amarillo).
Después de la llegada del budismo a la región, en el año 800 después de Cristo, este icono fue adoptado por la nueva religión, incorporándole elementos como plegarias, mantras y símbolos (animales y figuras sagradas).
En la actualidad, las banderas tibetanas de oración son consideradas un eficaz instrumento para purificar el karma, proteger el hogar, atraer la buena fortuna, propiciar la paz y difundir las bendiciones de las deidades.
La tradición impone que las banderas tibetanas de oración sean colocadas en espacios abiertos, donde existan corrientes de aire para que el viento, al acariciar las telas, reparta energía positiva para todos los seres sintientes.
Como símbolo auspicioso, las banderas tibetanas apelan al bienestar colectivo, nunca individual, dado que sería impulsar una conducta egoísta ajena a los sentimientos de paz, amor y compasión.
Hay dos tipos de banderas tibetanas:
- Lung ta (significado, caballo de viento): son horizontales, rectangulares o cuadradas unidas a una soga. Suelen ser colgadas diagonalmente desde un punto alto hasta uno más bajo ya sea en una estupa, templos, monasterios, árboles o montañas.
- Darchor (significado; para aumentar la vida, fortuna, salud y dinero): son verticales, rectangulares y están unidas a un mástil a lo largo. Se suelen plantar en la tierra, montículos de piedras o techos. Están relacionadas con el Dhvaja (Bandera de la Victoria de las Enseñanzas de Buda).
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